Nostalgias Pretéritas | Amazon en español | leer libros gratis | Microrrelatos | libros baratos amazon | Humor negro | biografías cortas | memorias | infancia
Con todo ya acoplado en el Seat 127, entrábamos dentro mi padre, mi madre, mi abuelo, mi hermano y yo. No descarto que, además, alguna bolsa, imposible de acoplar en otro sitio, fuera entre las piernas de alguno de nosotros. Con semejante carga, el vehículo parecía resoplar resignado a su suerte. Pero no se amilanaba. Aquellos eran coches pequeñitos pero duros, sufridos, heroicos, capaces de proezas propias de una mitología antigua. Entonces aparecía el siguiente “Ulises” de esta odisea: el Seat 600 de mis tíos, que cargado de parecida manera, unía sus fuerzas a nuestro resistente vehículo. Y los dos bólidos, haciendo equipo uno detrás del otro, a rebufo, enfilaban hacia la antigua carretera nacional III, empezando así un periplo de más de 500 kilómetros de la época —que también eran de 1000 metros, como los kilómetros de ahora, pero que por aquellas carreteras y con las velocidades de entonces, parecían 1100—, pasando por la calle principal de muchos de los pueblos de esta parte de nuestra geografía y parando en todos sus semáforos.
Como era un viaje para el que se necesitaba casi un día, se hacía por etapas. El primer descanso era en un pinar antes de afrontar el Puerto de Contreras. Allí se desayunaba un bocadillo y se dejaba reposar a los dos esforzados automóviles. Media hora después se reiniciaba el peregrinaje y, pasado Valencia, se volvía a dar una tregua a los vehículos. Los viajeros aprovechaban para almorzar tortilla y filetes empanados. Podía ser en un descanso de carretera o en un bar, ya que en aquel tiempo te permitían despachar tu propia comida en estos bares de carretera, siempre que pidieras la bebida. Vino y gaseosa solía ser lo que regaba aquel primer almuerzo de las vacaciones. Y luego los conductores se regalaban una cabezada que retardaba la llegada al ansiado destino. Para el niño que yo era, aquel retraso era injustificable. Ahora, de mayor, lo entiendo perfectamente. Es lo que tiene cambiar de posición dentro de la jerarquía familiar.
Otros enlaces que te pueden interesar:
Más artículos como este --> pincha aquí.
Libros de Mario Garrido --> pincha aquí.
Libros en amazon --> pincha aquí.
Reportajes sobre el autor:
Xataka --> Pincha aquí
El Confidencial --> Pincha aquí