top of page
Mario Garrido Espinosa.

Novelas Románticas: Un masaje muy especial

Actualizado: 2 jul 2020


La Felicidad era esto | Amazon en español | leer libros gratis | Romanticismo literatura | cuentos para adulto cortos | humor | libros baratos amazon

La mujer empezó el masaje por las plantas de los pies, luego siguió por los gemelos y, después, le tocó el turno a los músculos isquiotibiales y aductores. Primero con una pierna y luego con la otra.

De repente, Teodomiro abrió muchos los ojos.

«¡Será posible! ¡Me está masajeando el culo!».

Efectivamente, Esmeralda empezó a trabajar los glúteos, igual que cualquier otro músculo de la anatomía del hombre. Con la misma sencillez, con igual naturalidad. Tras la sorpresa inicial, Teodomiro se dejó hacer. La masajista notó como el cuerpo de su pupilo se volvía a relajar tras la crispación inicial y sonrió como reconociendo a un viejo conocido.

—Tranquilo. Así, muy bien, relájate, que ya ha pasado lo peor, campeón —susurro casi en silencio, con cierto espíritu maternal.

Siempre pasaba lo mismo con los primerizos. Primero había sorpresa, unos segundos de tensión, luego rendición y, por fin, delectación. Aquellos dos músculos tan grandes del cuerpo, situados en una zona casi prohibida, era para los novatos un descubrimiento asombroso. La mujer lo sabía y aplicó muy despacio un movimiento circular en cada cachete, desde el inicio del trasero, pasando por la cintura, el final de la espalda y bajando por los costados para volver al inicio de la rotación. La cinta del tanga subía y bajaba; y la raja del culo se abría y cerraba con cada pasada, proporcionando gratas y contradictorias sensaciones que Teodomiro no recordaba. La masajista primero trabajó por un lado, luego por el otro y, finalmente, los dos glúteos a la vez, pero imprimiendo mayor velocidad a cada movimiento.

«Cómo he podido vivir hasta hoy sin sentir estas cosas. Mi cuerpo tenía secretos que no conocía», se lamentó el hombre mientras la masajista volvía a trabajar las piernas desde los gemelos. Esta vez presionó muy fuerte, haciendo un poco de daño. Como si los aplastara. Luego hizo un movimiento más suave que recorrió toda la parte interior de los muslos, subió a los glúteos y terminó en los laterales de cada pierna. Y vuelta a empezar.

Por último, agarro con una mano el tobillo izquierdo de su pupilo y apoyó la otra en la nalga de esta pierna, presionando hacia el centro del cuerpo. Acto seguido movió la extremidad hacia fuera de la camilla muy despacio pero con firmeza. Teodomiro escuchó un tenue “clack” que colocó algo en su interior. La masajista volvió a situar la pierna sobre la camilla. Se movió al lado opuesto y realizó la misma operación con la pierna y nalga derechas.

Hubo otro “clack”.

Acabas de leer un fragmento de "La Felicidad era esto".

Un relato sobre un viaje interior, no exento de erotismo y humor, donde experimentar la paz y la alegría de la verdadera felicidad.

Si quieres leer el primer capítulo del libro, pincha aquí.

Si quieres leer más, pincha aquí.

Y recuerda que puedes leer el libro gratis con amazon kindle unlimited :)

Otros enlaces que te pueden interesar:

Más artículos como este --> pincha aquí.

Libros de Mario Garrido --> pincha aquí.

Libros de Mario Garrido traducidos --> pincha aquí

Libros en Amazon --> pincha aquí.

Reportajes sobre el autor:

Xataka --> Pincha aquí

El Confidencial --> Pincha aquí

127 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo
bottom of page