Crítica comic | Reseñas | Amazon en español | libros gratis | Curiosidades | libros baratos amazon | comic | Marvel | DC | Astérix | Lucky Luke | Tintín | Spirou | BD
Cada dos años, los amantes del cómic tenemos una cita con el nuevo Astérix. En esta ocasión, Jean-Yves Ferri y Didier Conrad, nos traen la aventura número 38, que, siguiendo la cadencia no escrita impuesta por sus autores originales, Uderzo y Goscinny, manda que sea una aventura en la aldea gala.
En algunos artículos en prensa, anteriores a la publicación, leí que la historia se había visto influenciada por el llamado “Movimiento Me Too” y esto me hizo recelar del resultado final. Pero hasta donde yo puedo entender, no he visto por ningún lado el pretendido sesgo feminista en el álbum (acaso ha sido algún tipo de estrategia publicitaria), cosa que habría sido muy perjudicial para el “imaginario” que tenemos de este cómic. Me refiero a que los personajes femeninos de la aldea siempre han sido muy potentes y cuando son esposas, siempre tienen, al menos, el mando sobre sus maridos (afortunadamente)… Nunca ha habido en la aldea discriminación por razón de sexo y no sé qué sentido tendría sacar este tema en la Galia romana de Astérix; aun siendo una parodia.
Dicho esto, creo que estamos ante un Astérix de los buenos, con multitud de juegos de palabras y situaciones graciosas, sobre todo en su segunda parte, en las costas que rodean la aldea. Por fin, los piratas que salen en casi todos los volúmenes toman bastante protagonismo y el resultado es fantástico.
Con todo, recuerda demasiado a otros álbumes clásicos de Uderzo y Goscinny. Y, lamentablemente, no es la primera vez que tengo esta sensación cuando leo los títulos de esta nueva etapa del personaje. Estará ya este cómic amortizado del todo, no quedará nada más que inventar. Esperemos que no. Como digo, en la primera parte, más floja a mi modo de ver, el parecido con “El escudo Arverno”, “La cizaña” o “Astérix y los normandos” es evidente. El caso del primer título es inevitable, dado que sale Vercingetórix (incluso hay una viñeta donde el líder galo depone sus armas ante los pies de Julio César, “inspirada” de la que ya dibujó en su día Uderzo para dar comienzo al citado álbum “El escudo Arverno”) y los combativos miembros de la tribu de los arvernos, con su peculiar forma de hablar. Sin embargo, para el segundo caso no veo la razón de repetirse. Adrelalina, la joven que da título al tomo, es como el pérfido personaje que protagoniza “La Cizaña”, el romano Detritus, esto es, su sola presencia monta algaradas. Ella mismo lo dice: «Dondequiera que vaya, se arma una Alesia…» No sé, pero las broncas entre los galos, aun siendo una seña de identidad, empieza a resultar una situación un poco repetitiva para el lector asiduo. Por último, Goscinny ya trató el tema de la adolescencia y las diferencias de convivencia y modos de ver la vida con las anteriores generaciones en “Astérix y los normandos”. Y lo hizo muy bien, como solía. No sé qué aporta volver a sacar el tema.
Pero también hay aciertos, como la ya citada delirante segunda parte, con un cuidado dibujo de los barcos de guerra romanos y sus artilugios de la época (que Obelix usa a su manera). Además, los autores hacen multitud de referencias cultas y mitológicas, como la referida a la isla de Tule de la que hablaba el griego Herodoto; o a la tribu gala de los bituriges, a la que pertenece el espía Adictoasérix, que junto a su intrigante y discreto caballo Nosferatus, me ha parecido un personaje redondo que espero que vuelva a salir en futuros títulos.
Por otro lado, como sabemos, cuando la traducción no es fiel, siempre es un problema… si empezamos a improvisar (o españolizar, en este caso, de manera gratuita) el sentido de la historia se resiente e, incluso, resulta chocante y hasta ridículo. Siento decir que en “La hija de Vercingetorix” hay varios casos de estos que no voy a enumerar con la esperanza de que el futuro lector no los detecte, pero sí me voy a permitir hablar de uno que clama al cielo: es el repetido caso de poner letras de canciones de Raphael en boca del pirata caricaturizado como Charles Aznavour. Las letras de este famosísimo cantante francés son lo suficientemente conocidas como para no cambiarlas y si no lo son, siempre se puede poner una de esas cosas tan socorridas que se llaman “nota del traductor” para explicar lo que haga falta. Lamentable y, sobre todo, raro… Muy raro cuando lo lees. Algo sin sentido. Como si en un cómic de Mortadelo y Filemón, pongamos por caso, una Lola Flores caricaturizada (que casi seguro que en alguna aventura de estos agentes de la T.I.A. debe de salir) cantara “La vie en rose” de Edith Piaf. Incomprensible, ¿verdad? Creo que los nuevos autores de Astérix deberían preocuparse un poco más de que las traducciones de su obra sean lo más fieles posibles. Quizás no al nivel obsesivo con que se implicaba Stanley Kubrick con el doblaje de sus películas, exigiendo escritores solventes y reconocidos en cada idioma para realizar el trabajo, pero algo sí… Al fin y al cabo, un libro de estos galos irreductibles termina por ser una obra que perdurará decenas de años, o quizás mucho más, en las estanterías de los hogares, librerías y bibliotecas. Y que con suerte, heredaran nuestros nietos.
Pero estos errores de traducción, aun siendo chocantes y, a veces, bochornosos (“la caña de Hispania” dice un romano de origen godo), no ensombrecen el conjunto final del texto que el lector bien dispuesto disfruta como los Astérix clásicos. Además, como otras veces he dicho, el dibujo es fantástico. Tan bueno como el de Uderzo, por no decir idéntico. Y eso invita a disfrutar del arte de cada viñeta.
Y, como los años anteriores, ahí están ya los cinco millones de ejemplares de la primera edición en todas las librerías de veinte países, traducido (esperemos que con mejor tino que con el castellano) a decenas de idiomas. Esto para empezar. Vendidos, seguramente, antes de Navidad. Esperemos que dentro de dos años, que toca aventura de viajes (mis preferidas), Conrad y Ferri nos vuelvan a hacer pasar un buen rato a las legiones (romanas o no) de seguidores de estos galos universales. Comienza la cuenta atrás.
Otros enlaces que te pueden interesar:
Más artículos como este --> pincha aquí.
Libros de Mario Garrido --> pincha aquí.
Libros en amazon --> pincha aquí.
Reportajes sobre el autor:
Xataka --> Pincha aquí
El Confidencial --> Pincha aquí