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Foto del escritorMario Garrido Espinosa

Notas de campo. Publicidad engañosa

Actualizado: 13 sept 2021


Un diseñador gráfico free-lance recibió un encargo de una famosa franquicia de tiendas de moda. El joven, sabedor de la oportunidad de futuro que se le planteaba, decidió poner todo su empeño; pero falto de efectivo como andaba, no podía ni soñar con contratar a las modelos más guapas, así que decidió tirar de lo que tenía y confiar en su indudable maestría para conseguir la máxima excelencia en cualquiera de las disciplinas de su oficio. Así, pidió ayuda a su madre, a su tía Eufrasia y a su abuela Mari Paz. Vistió a las tres ancianas con los tres escuetos biquinis que debía de anunciar y realizó una sesión fotográfica de la que extrajo más de trescientas fotos de las tres juntas. Con aquel material gráfico inenarrable y la ayuda del programa de tratamiento de imagen “Image Magic Amazing 7.0”, combinó las quince fotos más logradas, cambió el fondo de la lámina resultante y convirtió las carnes fofas y arrugadas de sus familiares en tres esculturales mozas sin ningún defecto en la piel. Después les recortó el pelo, les esculpió el abdomen y les subió y redujo el pecho. Por último, convirtió a su madre en una mujer oriental, a su tía en una diosa de ébano y a su abuela en una chavala caucásica a la que parecía que nunca le había tocado el Sol; además, la hizo crecer veinte centímetros y la dejó con un aspecto ligeramente más joven que el de sus dos hijas. Siempre había querido mucho a su abuela y se esforzó el doble con ella. Llegados a este punto ya sólo restaba retocar hasta el último pixel para que la imagen final pareciera tan real como si aquellas tres bellezas hubieran existido y posado alegremente para él. Tras una semana de trabajo, satisfecho y exhausto, bautizó la fotografía como “Las tres gracias” y la entregó a su cliente para que, en pocos días, se expusiera en todas las tiendas de la cadena.

—Mira Bernarda… Suponiendo que esa publicidad no sea engañosa, fíjate qué cuerpazo se te pone si usas uno de esos biquinis —le dijo un marido fondón a la no menos fondona de su esposa, mientras curioseaban por una de las tiendas de la conocida cadena.

—¡Tus muertos! —le respondió la otra, expresión esta que no era nueva dentro de su escueto vocabulario.

Un buen rato después llegaron a la zona de moda hombre. Allí había un cartel equivalente al de “Las tres gracias” pero con tres tordos de muy buen ver con bermudas de flores.

—Pues mira, Jacinto, si, como tú dices, la publicidad no es engañosa, con uno de eso bañadores tú también estarías estupendo.

El hombre se quedó mirando unos segundos el cartel mientras se acariciaba la panza. Pensativo e ilusionado.

—Pues sabes qué te digo: que todo es probar —respondió sin amilanarse, cogiendo un bañador estampado de grandes margaritas sobre fondo rosa chillón, talla XXL 3.

Minutos después, en el probador, la pareja no daba crédito. El espejo devolvía la imagen de un Jacinto alto, de buena musculatura y abdominales perfectos; de piel bronceada y sonrisa seductora; le había crecido hasta pelo en la cabeza.

—Pues no era publicidad engañosa, no…

Bernarda salió corriendo a por un bikini de su talla, pero como sabe la lectora asidua a estas cadenas de moda, las tallas grandes son las primeras que se acaban, sobre todo cuando, como es el caso, hay una demanda justificada y es periodo de rebajas.

—Si me hubieras hecho caso antes… —se regodeó Jacinto, mientras sacaba la tarjeta de crédito para pagar su nuevo y flamante bañador.

Pero poco le duró la alegría a nuestro protagonista porque el dueño de la cadena, un tiburón de los negocios, tras sonsacar a nuestro joven diseñador free-lance la técnica utilizada para realizar “Las tres gracias”, había aplicado la tecnología de “Image Magic Amazing 7.0” a los espejos de los probadores de sus tiendas y es que al final, por mucho retoque y tratamiento gráfico informático que se use, Jacinto, como la madre, tía y abuela del diseñador, como usted y yo mismo, somos lo que somos (y a mucha honra, por cierto). Así que tengan mucho cuidado con algunas tiendas, ya que hay vendedores aviesos detrás que nos hacen ver lo que no somos para que nos gastemos lo que no tenemos. Y es que hay tantas cadenas de tiendas de moda que, al final, esta fábula podría ser verdad. Tiempo al tiempo. De momento, el programa “Image Magic Amazing” creo que va por su versión 2.0. El día que se comercialice la 7.0 ya veremos qué es capaz de hacer esta potente herramienta gráfica… Avisados están.


Foto: Detalle de un cartel de prendas de Lefties.


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